Una vez que nuestra cebada ha alcanzado el grado de germinación deseado, es decir, con presencia de tallos verdes, debemos proceder a secarla y posteriormemte a tostarla.
Para el secado, debemos exponer la cebada germinada a calor, por ejemplo dentro del horno a una temperatura no muy elevada, por ejemplo 150 grados celcius hasta verificar que todos los tallos y raíces esten totalmente secos, lo que permitirá que sean fácilmente removidos con la simple fricción de los granos entre sí.
Una vez que toda la cebada se ha secado adecuadamente, ya podemos decir que tenemos MALTA y a partir de este punto pasamos al Tostado de la misma.
El grado de tostado influirá en el sabor y en el color de la cerveza que deseamos elaborar así que es un punto muy importante que debemos tener en cuenta.